Cumbre del Tetakawi, México 2015
Me parece que fue la primera pregunta que hice a mis mentores Caro y Simon. ¿Qué es Ringana, qué significa? «Es una montaña» me dijeron. Me encantó el descubrimiento. Una montaña significa tantas cosas buenas: fuerza, solidez, nobleza, se puede ver desde lejos y desde ella ver la lejanía. También significa un camino, una cumbre que coronar, por lo tanto un esfuerzo maravillosamente recompensado. Algún día la subiré, pensé en ese momento.
He de confesar que nunca había experimentado lo que supone subir una montaña, ni siquiera entendía que se tratara de algo tan atractivo para algunas personas. Pero todo eso cambió el pasado 23 de Diciembre cuando acompañada por Pilar Salazar y bien dirigida por su gran experiencia subimos otra montaña, también emblemática, también significativa y que ha estado presente en mi vida desde que era pequeña.
El Tetakawi o Tákale, la montaña sagrada de los indios Yaquis se erige imperante en la costa del estado de Sonora, México, en pleno desierto. Sus vistas están consideradas por la National Geografic las vistas al océano más hermosas del mundo. Allí vigilantes, en su cumbre y en sus faldas, dice la leyenda, habitan los Siete Guerreros de la tribu Yaqui a la espera de mejores tiempos para su pueblo.
Y allí, frente al Sagrado Bastión con forma de lengua de serpiente, tomé aire profundamente aquella mañana y me dispuse a llegar lo más alto posible. De alguna forma sabía que allí arriba no solo me esperaba una vista única y maravillosa sino que había una lección importante que aprender. Susurrada por los 7 Guerreros, a cada paso iba interiorizando un saber que, estoy segura, me va a acompañar el resto de mi vida y que os quiero compartir.
Pese a que estaba contenta con la perspectiva aventurera de la ascensión es cierto que se trataba de una decisión de última hora y mi calzado no era el más idóneo. Se trataba de unos zapatos deportivos de la marca MBT cuya suela tiene la forma del balancín de tal forma que convierte la pisada el un gesto muy inestable. Este detalle me acompañó en todo momento y me hizo comprender la importancia de ir bien equipado ya que eso puede influir directamente en el resultado de tu empresa.
Cuando hablo de equipamento en el caso de Ringana me refiero principalmente a eso, al equipo. Cuando el equipo está bien organizado, puedes ir alcanzando metas de forma estable y segura. Por el contrario un mal «equipamento» o un equipo mal dirigido puede influir y mucho en tu trayectoria con Ringana, puede hacer que cada paso sea inestable e inseguro, que haya objetivos que no puedas alcanzar. Un buen equipo es importante y más importante aún es tenerlo. No se puede ascender por Ringana sin equipo, sin él solo puedes quedarte a mitad de camino.
Otra figura imprescindible y sin la cual no hubiera conseguido subir la montaña fue sin lugar a dudas el papel del guía. En este caso Pilar, que siendo una experta en la materia me fue dirigiendo en todo el camino, acompañándome de la mano a veces, y otras incluso haciendo una avanzadilla para luego volver y comentarme como era el sendero, si se volvía más empinado o si por el contrario nos daba una pequeña tregua. Ella me iba diciendo lo que tenía que hacer, en donde poner las manos, en donde poner los pies, cual iba primero, cual iba después. ¡Qué suerte la mía! Solo tenía que dejarme llevar por su experiencia y por sus buenos consejos y lo demás vendría todo rodado.
Exactamente eso es lo que hacemos los formadores, las personas que hemos alcanzado un nivel en Ringana y a la vez nosotros nos fijamos en otros que han llegado más arriba y por supuesto en los que han coronado la cumbre de la meta 10. Desde un poco más arriba en esta montaña llamada Ringana vamos dirigiendo el ascenso de nuestros socios y es por eso que nuestros consejos son importantes. Porque en Ringana hay un sendero que te lleva a la cumbre, y hay mentores que te dirigen y te acompañan. Solo necesitas la voluntad de subir.
Continuará…..