Reconozco que el año pasado, este 2018 que aún mantiene sus brasas encendidas, Ringana no tuvo el papel principal que en años anteriores. Pero no podía ser de otra manera, la vida estaba ahí diciendo víveme que son momentos únicos, en especial mi boda, mi fantástica y maravillosa boda a la que le dediqué toda mi ilusión y atención.
Una boda que tiene sus orígenes en Ringana, ya que fue en una Feria Eco Bio que Jaime y yo nos conocimos. Él con sus filtros Doulton y yo con mis productos frescos de Ringana. Y ahora que lo pienso, lo mejor de hacer lo que hago es que cuando toca, también se puede elegir la VIDA con mayúsculas.
Ahora que el 2019 no ha hecho más que empezar me propongo tenerlo todo, tener satisfacciones tanto en el plano laboral como en el personal sin renunciar a nada porque bien administrado el tiempo da mucho de si.
El mismo 1 de Enero Ringana.net nos sorprendía con un incentivo de esos que te ponen en marcha y hacen que tengas claro que cada día cuenta. Un viaje al paraíso lo llaman. A mi me encanta la idea y a la vez creo que ya estoy en el mismísimo paraíso con esta vida bonita que tengo. Y justo es eso lo que a mi me mueve, el poder seguir disfrutando de una libertad que de otra manera sería imposible.
Dale nombre y forma a este año, llámale como quieras, meta 3, meta 4, meta 8 y ve a por ello con toda tu ilusión, porque sólo si disfrutas habrá valido la pena. Recuerda que no siempre Ringana será una prioridad y ahí reside la maravilla de este trabajo. Eso sí, también hay que saber volver con fuerza y ganas a seguir aceptando nuevos retos y escalando peldaños porque desde arriba tienes el mundo a tus pies. ¡Feliz y fantástico 2019!